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1988 Cairo 56, 1988 p. 36 - 38, Norma editorial
Articulo Loustal





Muchas gracias Alfonso Repulles

Loustal : Y con el llego la luz

A Loustal deben conocerlo todos nuestros lectores. No es que sea un autor muy prolífico, pero casi toda su obra se ha abierto paso en España en revistas como METAL HURLANT, EL VlBORA o EUROPA VIVA. Lo que más destaca de su estilo es el color, la luz y, casi casi, el olor.

Para hablarnos de todo ello se ha puesto a la máquina de escribir Josep Gálvez, a quien puede distinguirse en un rincón de alguna ilustración de Loustal en una playa, con la cabeza cubierta por un gorrito y la sonrisa es­condida en la barba. Y es que, aunque Loustal no lo sepa, el Gálvez siente por él un secre­to y fiel amor.

Todas las ilustraciones que acompañan este articulo pertenecen a «Venganza en Marruecos», el álbum n.° 38-39 de nuestra Colección « Cimoc Extra Color ». Los tex­tos de este libro son de Tito Topin, autor de novelas policíacas.
Los dibujos de Loustal son una maravilla. Como pue­des ver.

 

 

DEL SOL, EL COLOR Y OTRAS IMPRESIONES

Hablar de Loustal es hacerlo también y sobre todo del Sol, ese particular sol meridional que dis­tribuye su luz inten­sa, vital y algo turba­dora, sobre los pai­sajes y figuras que abarcan sus viñetas, escenarios y prota­gonistas de complejos dramas que parecen absorber del astro rey la energía que dirige su destino. La claridad de los cielos abiertos, la vaporosidad de los días Iluviosos, la incertidumbre de la oscuridad en la noche, son elementos clave en la puesta en escena de Loustal, en la creación de la atmósfera que resaltará o explicará la actitud de los personajes. Derivada de esta influencia aparece otra componente esencial: el color. En los primeros trabajos de este autor, aparecidos en blanco y negro, la composición del relato como una sucesión de estampas, en las que el ade­mán fotográfico insinúa la acción más que la desarrolla, ya nos indicaban la particu­laridad de su estilo de trabajo, pero faltaba el color. Con la utilización de la acuarela, Loustal conquista la luz, da vida a los objetos, la geografía, el entorno urbano o rural, los elementos climatológicos, los cuerpos humanos, sus vestidos, sus co­ches... y con ello la propuesta dramática gana fuerza y magnetismo. El color es una pieza clave en el mecanismo de atracción de la mirada del lector, para en­gancharlo en el relato, en la historia parti­cular de los personajes, en el ambiente, en definitiva para hacerle participar en el juego argumental. Porque en la lectura de las historietas de Loustal la mirada del aficionado no puede quedarse detenida en los trazos realizados por el dibujante sobre el papel, ha de ir mas allá, ha de cruzar la puerta abierta que es cada viñeta y crear por su parte nuevos aspectos de la acción, ha de recomponer las piezas del rompecabezas sentimental que nos sugiere el relato.

 

PROHIBIDO NO ASOMARSE AL EXTERIOR

Penetrar en el universo que propone el argumento, no limitarse sólo a obser­varlo, hacerlo un poco nuestro y confron­tarlo con nuestro equilibrio interior, ése es el reto que nos arroja el autor.  
Por eso es fácil concluir que la prime­ra virtud estilística de Loustal es la impo­sibilidad de generar la indiferencia.  
Una sencilla linea recta ensamblando dos azules nos invita a imaginar viajes, otras tierras, otras gentes, o simplemente nos recuerda con inquietud los devasta­dores estragos de la monotonía. Las acuarelas de ZENATE PLAGE o ARRIERE SAISONS... por ejemplo, están empapadas por la melancolía que deja impregnada el tiempo pasado y per­dido, a través de ellas revivimos la resaca de las vacaciones consumidas como la brasa de un cigarrillo, la soledad tras las batallas ficticias, a través de su sencilla composición Loustal penetra en nuestra retaguardia sentimental y provoca nuestra inevitable reacción, sea del tipo que sea.

 

LOS GRITOS DEL SILENCIO

Loustal observa la realidad, busca los síntomas de las pasiones y nos las sirve en frío: Bien como una serie de fotos-puzzle que la menoría nos ofrece para reconstruir la trama de algún suceso que nos afecta, bien como una colección de fotos-recuerdo que a modo de diario in­timo nos restablecen las pautas a través de las cuales recuperamos impresiones, sentirse, o bien como exposición de retra­tos costumbristas donde los individuos solos o en grupo viven situaciones que nos son insinuadas con eficacia narrativa.

Porque en Loustal la imagen es el medio de comunicación, su mirada acompaña la nuestra en la lectura de sus obras, que son una propuesta en primera instan­cia sólo para la vista. Por eso sus perso­najes hablan especialmente a través de los ojos, que alcanzan una expresividad nada frecuente en el quehacer historietístico. Lo mismo sucede con sus gestos, sus poses, esa necesidad de aferrar un ci­garrillo, un arma, un saxofón... en los hombres, esas manos abiertas de las mujeres, y esos cuerpos cansados, abier­tos, duros, desgastados, dominantes, dominados...

Loustal trabaja en silencio, una mudez preñada de gritos no articulados, a través de sus imágenes aprendemos que la herida más dolorosa es la que no se puede expresar en voz humana, la que no se escapa del cuerpo sino que se engarza en su interior y de tanto en tanto se retuer­ce para mordernos con su presencia.

 

HISTORIETA ERES TU

Después de todo lo dicho, debería estar claro que Loustal, comunica, ex­presa y narra a través de imágenes di­bujadas, que a veces se nos ofrecen ais­ladamente y otras en sucesión más o menos secuencial. Se trata pues de un historietita, muy particular eso si, pero historietita al fin y al cabo. Viene esto a cuento de que para más de un clasificador esquemático nuestro autor no hace historieta.

Valga la excusa para reivindicar la complejidad y madurez del cómic actual. Por suerte para nosotros el trabajo que muchos autores realizan con las viñetas es heterodoxo y los resultados son varios. Pero por medio de ellos la historieta se abre nuevos caminos, nos ofrece nuevas sensaciones, nos lleva a diferentes mundos y en fin enriquece nuestra sensibili­dad y cultura que es de lo que se trata.

Tal vez si sea cierto que obras como las de Loustal no inciden en el desarrollo del tronco de los tebeos, como lo hacen un Pratt, Moebius, Miller... pero si crean nuevas ramas que enriquecen el árbol en su variedad.

 

SIN ORDEN NI CONCIERTO

Tras esta metafórica digresión, pa­saremos revista a la obra de este joven maestro publicada entre nosotros. De entrada podemos calificar su situación como un híbrido entre lo atisbado y lo ignorado. Sus historietas han sido publicadas de forma parcial, sin continuidad, y sin las ne­cesarias referencias para el común lector. Un breve comentario de Onliyú es toda la bibliografía orientativa que hay y evi­dentemente no es mucho.

Metal Hurlant recoge casi todo lo suyo en blanco y negro dejando una ex­cepción para El Víbora, de este período y con guión de Paringaux escogemos MARCELO y LA MUJER BLANCA en las que el tono amargo, la presencia de relaciones sexuales fuera de la norma y la violencia interpuesta entre los humanos ya nos anunciaban los rasgos de sus futu­ros trabajos.

 

LABERINTO DE PASIONES

El amor es una planta verde y la noche del caimán, publicadas anacrónicamente en Metal, nos ofrecen ya la explo­sión del color y seguimos de la mano de los argumentos de Paringaux. El mundo narrativo de este señor podría re­lacionarse con el de las películas de Almodóvar, pero con la diferencia de que lo que este trata a ritmo de bolero aquél lo hace como si fuera un blues. El incesto, la homosexualidad, la incomunicación, la violencia, la autodestrucción son los «leit­motívs» que surcan los comics que Lous­tal ilustra para este guionista. El lenguaje de las imágenes toma cierto ritmo musical que a veces va paralelo, otras se cruza y otras se aleja del que mantienen por su parte las palabras escritas debajo de las viñetas, el resultado de todo ello es una melodía turbia y desgarrada que entra por los ojos fluidamente. Curiosamente la últi­ma obra de este dúo BARNEY ET LA NOTE BLUE tiene su propia banda so­nora compuesta por el saxofonista de jazz Barney Wilen, otra particularidad de este álbum es una viñeta en la que apare­ce una versión especial de Sitges conver­tido en arquetipo de pueblo español de la costa. En esta historia, aparece otro tema caro al Paringaux, el de la droga como salida artificial al infierno terrenal. CORAZONES DE ARENA, precede en orden cronológico a BARNEY. Fue publicada incompletamente en Europa Viva, y tiene todos los ingredientes reseñados hasta ahora, más una ácida carga contra la ideología castrense y el protagonismo agobiante de un sol implacable.

Y en todas ellas la PASION, la nece­sidad de poseer a otra persona y siempre la imposibilidad de alcanzar la felicidad, más ansiada que nunca, a través de esa relación, persistiendo como única alterna­tiva la huida, sea parcial o definitiva. Los trabajos en solitario de Loustal se han publicado aquí casi siempre en la página 87 de diferentes números de El Víbora, e integran la sordidez del fracaso o de los fracasos en la monotonía de lo cotidiano. Aparte queda ZENATA PLACE, álbum del que Metal Hurlant publicó un resu­men chapuzas, no sólo por la presenta­ción, sino también por una traidora traduc­ción que acababa de desvirtuar la obra, reduciendo una compleja labor observa­dora y descriptora a una simple anécdota intrascendente.

 

PRÓXIMAMENTE EN ESTA PANTALLA

Por último tenemos la novedad que de «Cimoc Extra Color» en breve: «Ven. gansa en Marruecos» que es una es pecie de simbiosis entre novela e ilustra­ción, un acoplamiento casi perfecto entre la palabra y la imagen. El texto es de Tito Topin, novelista francés él, que mantie­ne buena parte de las referencias de Paringaux, incluso la situación geográfica. La imagen responde a la mejor calidad de nuestro autor. El reto está servido. La vo­rágine a vuestra disposición; dejaros lle­var por ella, es un buen consejo.

 

Josep Gálvez (Cairo 56 [1988 ] p. 36 -38, Norma editorial)